La paz a la que se refieren Colosenses 3:15 y Gálatas 5:22-23 tiene que ver con la armonía, la seguridad, la amabilidad y la satisfacción. Es una imagen de dormir profundamente mientras el caos del mundo (y el nuestro) da vueltas. La verdadera paz espiritual es una fuerza interior que da a su anfitrión una confianza inquebrantable en su futuro. La paz que nos regala el Espíritu santo nos permite vislumbrar el panorama general.

Y como resultado, podemos dejar de lado nuestra naturaleza controladora, dejar de lado nuestros pensamientos ansiosos y descansar en el conocimiento de que dios tiene un plan y está trabajando todo para el bien final. Lo que me llamó la atención fue que su paz fue inmediata. No hubo un período de ajuste o de "aceptación" de su mortalidad. Estaba contenta y en paz con su situación.

Sabía que esto no era artificial, la paz de Cristo reinaba en su corazón y ella no tenía miedo. Después de ser testigo de la verdadera paz, sé que esto es algo que quiero en mi vida. Otros han descrito este tipo de paz como una seguridad repentina de que todo va a salir bien; una confianza inconfundible en el control de dios.

¿De dónde viene la paz de dios?
Esta no es una pregunta capciosa. La paz de dios nos viene del Espíritu santo. Antes de que Jesús dejara la tierra, prometió que el Espíritu santo vendría en su lugar, un abogado y guía confiable para nosotros. Te dejo con un regalo: la paz de la mente y del corazón. Y la paz que doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no te preocupes ni tengas miedo.

- Juan 14:27
La paz de dios es un regalo para nosotros, algo que no podemos encontrar en ningún otro lugar.