Jesús iba por los campos, por los pueblos, por las casas; junto al río, junto al mar de Galilea; en reuniones, en tumultos: enseñando y predicando el Evangelio. Llamó, escogió, capacitó,

ordenó y dio autoridad a sus Apóstoles para realizar la misma Obra. En un llamado para Salvación del alma, hacia una transformación: Nuevo nacimiento necesario, para entrar al reino de los cielos.