Hay un trono blanco donde va a haber un juicio; y van a comparecer todos los hombres y mujeres, que murieron. No hay Purgatorio, ni Limbo. Sólo hay dos lugares de

espera: el Hades o Infierno para los pecadores, y el Paraíso para los creyentes. Cuando Cristo venga, los muertos en Cristo resucitan primero, y los que están vivos son transformados y van al Cielo: a un lugar exclusivo.