Tenemos confianza mediante Cristo, para con Dios: nuestra competencia proviene de Él. Sólo somos competentes en la medida que el Señor nos enseña: en un Nuevo Pacto. Cristo vino para firmar

ese nuevo Tratado o Alianza, con su sangre preciosa. Los judíos causaron divisiones, pues seguían unidos a las leyes de Moisés; a pesar de las enseñanzas: guardando el sábado y la circuncisión.