Las herejías destructoras están introducidas, hasta en los libros; donde también se escribe negando a Dios: el que nos rescató. La Palabra de Dios no prohíbe la imposición de manos,

recomienda no apresurarse en esto; prohíbe las malas palabras y las mentiras. El Señor recomienda salir de en medio de los herejes: nos llama a Santidad; y Él nos protege de toda la maldad del diablo.