En el pueblo Judío, para ser Sacerdote había que pertenecer a la tribu de Leví; descendiente de Aarón, que fue el primer Sumo Sacerdote nombrado por Dios. ser Obispo o Pastor

es un privilegio; hay que estar convertido, doctrinado, bautizado, ser irreprensible, lleno del Espíritu Santo: amar, llorar, sacrificarse por las almas. Cristo es el Príncipe de los pastores, dice la Biblia.