Hay religiones que son de Satanás. Por eso el Anciano u Obispo debe tener dominio propio, ser retenedor de la Palabra, para adquirir sabiduría y poder exhortar con una sana

enseñanza, convencer a los que contradicen la Palabra de Dios; así el enemigo no lo puede engañar. Algunas personas dicen ser cristianos, pero con su mal testimonio lo niegan; son tropiezo para la Obra de Dios.