por la corriente diabólica actual es que Satanás introduce nuevas religiones, cuyo espíritu obra en los hijos de desobediencia. Los que somos de Cristo, no somos del mundo; somos del

Reino de Dios, nuestro Creador. Nuestra ciudadanía está en los cielos. Como hijos de la gracia, don gratuito de Dios, estamos en este mundo; pero tenemos gozo, paz, amor: somos salvos por Jesucristo.