A pesar de todo el sufrimiento físico y moral recibido de las criaturas que el mismo creó, Jesús pidió al Padre: Perdónalos, porque no saben lo que hacen; yo he

venido a buscar y salvar a todos los perdidos. El diablo vino a matar, robar y destruir; pero Cristo hasta hoy sigue salvando, libertando, transformando, haciendo milagros a favor de la humanidad: porque su amor es eterno.