La Biblia registra que Jesús se sintió triste hasta la muerte y pidió a sus discípulos que lo apoyaran en oración; pero ellos se mostraron indiferentes. El sacrificio de Jesucristo

fue grande, no sólo porque cargó con dolores físicos, padecimientos morales; sino porque siendo Hijo de Dios sin pecado, sufrió por los pecados de la humanidad. Fue crucificado junto a dos delincuentes.