"¿Rezará en el púlpito por la victoria de Ucrania? ¿O por la caída de Putin y su camarilla?" "No, no es tan obvio" es la respuesta que mencionó el Dr. J. van Eck. El apóstol Pablo quiere que los ministros del Evangelio oren "por los reyes y por todos los que están en posiciones elevadas" (1 timoteo 2:1-2). esa oración se dirige a dios, pero también se reza por los creyentes. Les recuerda que hay un trono celestial por encima de los tronos terrenales. Un trono en el que se sienta el juez del cielo y de la tierra, que emitirá un juicio misericordioso y justo sobre nosotros, los humanos.

Darse cuenta de ello te hace ser modesto en el pronunciamiento de los juicios porque nunca pueden ser más que juicios humanos que son falibles y nunca absolutos. Al fin y al cabo, el juicio final pertenece al juez Supremo. Ese juez es también Gobernante, enseña la Biblia. Eso lo hace también modesto. Por ejemplo, al rezar por el éxito de una estrategia creada por el hombre. Como si quisiéramos predecir al Gobernante del universo hacia dónde debe ir el mundo.