El borrador 8 del Currículo nacional de historia (que se sometió a consulta pública en mayo de 2021), mostraba una ausencia casi total de la religión en el currículo desde los cimientos hasta el 6º curso (infantil y primaria). Había más en el plan de estudios de historia de los años 7 a 10, pero todavía era alarmantemente menos de lo que era históricamente correcto.

Aunque se sospecha en algunos sectores, algún tipo de agenda secular radical era en realidad bastante baja en la lista de causas de estas deficiencias. Fueron causadas mucho más por los tortuosos procesos burocráticos utilizados para redactar el plan de estudios, por la falta de una amplia representación en los comités originales y por una mala edición/repetición.