La Palabra de Dios liberta, es un consejero fiel, y responde a todas nuestras interrogantes. Nos refiere que así como hay vasos de honra, hay vasos de deshonra: causa de murmuración,
calumnia, chisme, de perjudicar a otra persona; pero nos exhorta a resistir al diablo, a no contaminarse; a no dejarse envolver en estas situaciones. Si hacemos el bien, nada ni nadie nos podrá dañar.