Dios a través de sus Siervos, los Pastores; nos ministra, nos pide, y demanda obediencia a su Palabra. Así demostramos que sí estamos, en el cuerpo de cristo. La orden del

Señor es precisa, nadie la puede desobedecer sin sufrir consecuencias; sobre todo en su vida espiritual. El que perdió el primer amor, no pertenece al cuerpo de cristo. Dios nos da talentos, para hacer su Obra.