Dios está buscando hombres y mujeres que requieran y tengan el poder del Espíritu Santo, sólo por amor a las almas; no para jactarse. Para que ellos en comunión y con

la autoridad de su testimonio de vida cristiana; arrebaten almas al diablo: que hablen con firmeza, pero con amor, a los pecadores. Buscando siempre la presencia de Dios, como en el primer amor; viviendo en justicia.