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Mensajes Biblicos
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lema lealtad 2015 mmm 

lealtad 2015: “Es la virtud que exige honor, fidelidad y gratitud”.

Y Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad” (1Sam. 26.23).

En esta porción de las Sagradas Escrituras se narra la escena donde David le perdona la vida a Saúl en el desierto de Zif. Todos se habían quedado dormidos, y David junto con Abisai llegó hasta donde el rey dormía. Abisai le dijo que le permitiera matar a Saúl, que de un solo golpe lo clavaría en el piso, pero David se lo impidió. Todo porque David reconocía que era el ungido de Jehová, y aunque Saúl le perseguía para quererlo matar David fue leal al rey hasta el último momento. Por esta razón luego de llevarse la lanza y la vasija de agua del rey como evidencia, David le habla a Saúl y pone a Jehová por testigo del acto de lealtad que ha realizado. Que a pesar de las circunstancias fue leal y no levantó su mano contra él.

 

lealtad se entiende por “Firmeza en los afectos y en las ideas que lleva a no engañar ni traicionar a los demás. Comportamiento de una persona o animal que guarda la máxima fidelidad, que no engaña”.1 “La lealtad es una virtud que se desarrolla en la conciencia, y que implica cumplir con un compromiso aun frente a circunstancias cambiantes o adversas”.2

Según Raney la palabra "leal" es de origen francés. Viene del viejo francés "loial," el cual viene del latín "legalis". Esta palabra se deriva de la raíz “lex o leg”, la cual significa “ley”. Esto permite ver la estrecha relación que hay entre la lealtad y la ley o la legalidad. Esto es una buena explicación del porque se considera que la lealtad debe ser algo obligatorio. 3

Se dice que la lealtad tiene tres ingredientes: el honor (cualidad moral que nos lleva al más severo cumplimiento de los deberes morales, respecto al prójimo y a uno mismo), la fidelidad (lo que se refiere a cumplir con los compromisos adquiridos), y la gratitud (lo que se refiere a corresponder y devolver lo recibido). Pero también es importante señalar que a la deslealtad se le atribuyen tres ingredientes que son: la presunción (lo que se refiere a la vanagloria y la jactancia), la soberbia y la altivez.

En las Sagradas Escrituras se puede encontrar una historia muy particular que puede ayudar a entender mejor como mira Dios la lealtad. Dicha historia está basada en la vida del profeta Oseas, en el libro que lleva su nombre. Oseas es considerado uno de los personajes proféticos más fascinantes de la historia bíblica. No solo por la narración de su matrimonio atípico, la denuncia y exposición de los graves pecados que Israel cometió, las consecuencias desastrosas que trajo consigo la idolatría de Israel, sino también por mostrar los fundamentos de la espiritualidad, como las consecuencias de abandonarlos.

Para que una organización pueda existir, es necesario establecer fundamentos específicos los cuales le sirvan de soporte. Lo mismo es necesario para que cualquier sociedad del mundo pueda funcionar con normalidad. En las Sagradas Escrituras se puede notar que Dios también estableció reglas fundamentales, sobre las cuales estaría basada la relación entre Él y su pueblo Israel (lugar que ahora ocupa la iglesia como pueblo del Señor). El profeta Oseas retoma tres principios basados en el Pacto, y los presenta como algo importante y vital.

Uno de esos fundamentos es el ontológico, basado en la verdad. Este tipo de fundamento es el que da sentido al ser. En todas las Escrituras este fundamento va más allá del solo lenguaje, refiriéndose a lo que en verdad le da existencia al ser. Filosóficamente la verdad ontológica se refiere a lo que sirve de base para algo, como por ejemplo la constitución política de una nación. En las Escrituras esa verdad se asocia a una persona, y esa persona es Jehová.

El vocablo hebreo que utiliza el profeta para ese fundamento es אֱמֶת (emeth), el cual significa: firmeza, confianza, verdad. De manera que Jehová viene a ser el fundamento de Israel (Dt. 10.12-22), y esto implicaba que la vida moral y espiritual del pueblo se vería afectada y comprometida a ser santos, así como su Dios (fundamento) es Santo (Lev. 19).

Otro fundamento que el profeta presenta se encuentra relacionado con algo que es más práctico y relacional. El profeta utiliza la expresión חֶסֶד (jesed), la cual significa: gracia, favor, compasión, fidelidad, lealtad. Jesed se refiere a la fidelidad que se le debe a Jehová y a su pacto. Israel necesitaba ser fiel a su Dios por encima de todo.

Oseas bajo la inspiración del Espíritu de Dios, presenta la relación entre Dios y su pueblo en términos matrimoniales. El profeta resalta que la lealtad en una relación conyugal no es una opción. Para poder establecer una relación, es necesario que ambas personas respondan mutuamente en lealtad.

En Oseas 2.19, 20 se puede notar la lealtad y amor de Dios para con su pueblo, al prometerles desposarles en justicia, juicio, benignidad, misericordia y lealtad (fidelidad). Lamentablemente el pueblo no cumplió y fue desleal permitiendo el pecado y la idolatría, algo que delante de Dios es considerado como traición, ocasionando el colapso total del pueblo de Israel. La lealtad es un atributo de Dios y por eso Él la demanda a su pueblo, porque Él es leal.

Hoy en día la iglesia, como pueblo de Dios, debe considerar esta realidad y entender que es una obligación para todos los cristianos. La lealtad es un sello único, es lo que identifica al cristiano como hijo de Dios.

La lealtad es una virtud que es necesario recuperar para que la iglesia del Señor pueda enfrentar los desafíos de los días en que vive. Desde el comienzo hasta el final de las Sagradas Escrituras se puede observar la lealtad. Iniciando por la lealtad de Dios a su palabra y promesas, como también la lealtad de muchos hombres y mujeres al llamado de Dios.

La lealtad a Dios es lo que condujo a los héroes bíblicos a combatir problemas difíciles y a no mirar atrás. La lealtad es lo que permite arrebatarle triunfos importantes a los tiempos adversos. La lealtad permite que el espíritu del hombre

logre lo que piensa que es imposible. La lealtad jamás promete recompensa alguna. Una vida que se basa en la lealtad se fundamenta y construye sobre una roca fuerte e inamovible.

En la actualidad se vive en medio de una naturaleza que se basa en “seguir solo cuando todo esta bien”, y eso ha acarreado grandes problemas y situaciones vergonzosas para las sociedades del mundo.

El presentar como relativos los fundamentos que se han sostenido por años de historia, ha provocado el caos y la degradación moral como espiritual. La biblia, la sana doctrina, la función correcta del Espíritu Santo, la lealtad a los absolutos, a los valores y principios originales sostienen gran lucha y una fuerte oposición a causa de la influencia postmodernista. Elementos como el individualismo, el relativismo, el humanismo, el empirismo, entre otros, han provocado un alejamiento más extenso entre el hombre y Dios.

Hoy en día el hombre se ha olvidado de ser leal. Ya no se sabe cómo ser digno de confianza ni como confiar en alguien más. Muchos hombres y mujeres ni siquiera conocen el significado valioso que hay en esta expresión. Esto ha llevado a la humanidad a alejarse de su Creador, pecando y traicionándole con su proceder.

Gloria Gómez afirma que la lealtad no resulta a causa de un sentimiento afectivo, sino que es el resultado de una deliberación mental para elegir lo que es correcto. Cuando se encubre las faltas de una persona, sea un amigo, familiar etc., eso lo convierte en cómplice, algo muy diferente a la lealtad.

A través de la historia particular de cada nación existieron hombres y mujeres que dejaron huellas imborrables. Hechos que se basaron en la lealtad a su patria, a su pueblo, a sus principios, a su familia, entre muchas más. Hoy en día para muchos todo eso ha quedado en el olvido, cuando se observa como el hombre fácilmente traiciona lo que antes creía por un poco de dinero, de fama, de posiciones, de posesiones, o cualquier otra cosa que le traiga beneficio personal. Sin embargo en lugares como China la violación a la lealtad aún se sanciona con la muerte.

Como hijos de Dios no se puede caminar igual que el mundo. Las Sagradas Escrituras enseñan que el creyente debe ser luz para el mundo. No se puede pretender ser leal a Dios y comportarse desleal con el prójimo. Se debe aprender a ser leal a Dios y al hermano. La iglesia debe ser un buen ejemplo para el mundo de lo que significa ser leal. El creyente debe dejar evidencia de la lealtad para con su Dios, su palabra, sus mandatos y su voluntad.

La iglesia del Señor necesita aprender a ser leal. Como dijera el pastor y escritor Matthew Hagee: “la lealtad separa a los héroes de los cobardes. Los cobardes abandonan; los héroes son leales hasta el final”.

Amado hermano y compañero, la lealtad es un asunto serio y real, la lealtad no toma vacaciones, ni vacila, sino que debe ser vivida y practicada, solamente así se podrá vencer los ataques del enemigo y se avanzará con la frente en alto. Sin lealtad nunca entenderá como vivir de verdad y ser útil.

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