Dios creó a Luzbel, criatura maravillosa a su servicio y llena de su gloria; quien por soberbia se rebeló y se convirtió en Satanás. Dios lo echó de su presencia, junto

con los que le siguieron: los demonios. Satanás promueve en cada persona rebelión contra Dios, y la induce a pecar. Pero el Hijo de Dios, toma forma humana: trae un llamado a la Santidad, hacia la felicidad eterna.