Pablo expresa que la convicción, la certeza y la seguridad de que muchos fueron ganados para Cristo; es el sello de su Apostolado. Muchos nacidos de nuevo, libertados de la

esclavitud: vidas de testimonio, que certifican su trabajo por la evangelización, con el respaldo de Dios. Nombró ancianos en la fe, para corregir deficiencias y reprender a algunos; y que sean sanos en la fe.