Dios hizo un proyecto a favor de la humanidad, por eso hemos sido rescatados de una vana manera de vivir, por la sangre de Jesucristo. Por eso, los cristianos somos diferentes:

en el modo de vestir, hablar, comer, y relacionarnos. Vivimos en santidad, en obediencia a la Palabra de Dios; que es la Verdad, y nos hace libres. El llamado es a ser amigo de Dios, en oposición al mundo.