Pedro invita a los cristianos, que sean hijos obedientes; no como antes, que ignoraban la Palabra de Dios. Mas bien, que sean santos, no conformándose con los deseos del mundo; sino

como Jesucristo, que los llamó: y es santo. Dios en su Palabra, prohíbe comer sangre. Y a Pedro, Dios le mostró muchos animales que eran inmundos; y lo invita a comerlos, porque Él los había limpiado.