Los Pastores y líderes de todas las religiones, deben ceñirse a la Biblia; que es la única autoridad. Sólo Cristo y la predicación de su Palabra; por fe, pueden cambiar en

forma permanente a un hombre y darle un corazón nuevo: por el poder de Dios. El capítulo dieciocho del Libro de Deuteronomio enseña no hacer abominaciones: adivinación, astrología, parapsicología o espiritismo.