Cristo padeció una sola vez, por los pecados de la humanidad. Pero la Palabra de Dios, da testimonio de su resurrección; al tercer día. Bajó a las partes más bajas de

la tierra y subió a sentarse a la diestra del Padre. La Biblia no es religión: el que la recibe, recibe a Cristo, la bendición de Dios y la vida eterna. La religión no puede salvar a nadie: sólo el Señor Jesucristo.