En la Pascua judía se comía el cordero asado, con hierbas amargas y una crema que representaba el barro con que hacían los ladrillos en Egipto. El pan simbolizaba la Palabra;

el vino al Espíritu Santo; el cordero a Cristo. El sábado fue provisto por Dios, para el descanso del hombre. Pablo dice que nadie juzgue a nadie por la comida, ni por el día de reposo; por la Ley de Cristo.