La semilla que cayó en buena tierra, es la Palabra de Dios que es entendida por el creyente. Da frutos de alegría y gozo: es maravilloso. Brinda fe, fortaleza y confianza

tremendos. Los problemas persistirán: pero no hay temor, ni aflicción; porque no afectarán nuestra vida espiritual. Es necesario saber en qué terreno estamos: en el camino, pedregales, espinos; o en buena tierra.