Los miembros del cuerpo de la iglesia son muchos y diferentes; pero todos son importantes y necesarios para hacer la Obra de Dios. Después de la muerte de Cristo, los creyentes

se reunían para orar y compartir el pan. Hasta hoy el verdadero pueblo de Dios se ayuda mutuamente sin acepción de personas; en respeto a Dios y a sus mandamientos.Y Dios lo bendice en forma extraordinaria.