Dios hizo un pacto con Abraham para que él, su familia y sus siervos, se circuncidaran; para pertenecer al Reino de Dios. Muchos hombres se circuncidaron, siendo adultos; por ingresar a

la familia del pueblo de Dios. Cumplido ocho días, el niño llamado Jesús, el Salvador; fue circuncidado. Cristo dijo que iba a derramar su sangre para un nuevo pacto: este es el pacto de la gracia.