Dios llamó a los humildes, para su Obra. Humildad que se aprecia en el carácter, en la actitud, en la forma de hablar, en los gestos, en la relación con los

demás. Jesús, de sus discípulos, llamó a los doce Apóstoles. Y se llamó a los setenta; después de conocerlos bien, capacitarlos y probar su fidelidad. Así también se designan los Diáconos: irreprensibles, con poder de lo alto.