Hay pecadores que en su necesidad, van a una iglesia idólatra, al brujo, al espiritista, al hechicero. La Palabra de Dios enseña que es necesario acercarse a Dios, reconocer su

existencia y grandeza, arrepentirse de nuestros pecados, pedir misericordia con humillación; con lágrimas. Luego siempre pedir lo que es correcto, pedir con fe; reconociendo que Él es el único Todopoderoso.