Dice la Biblia que lo sacrificado a los ídolos es sacrificio a los demonios; y hacerlo, trae muchas maldiciones. Ahora nuestro sacrificio son las alabanzas. Ante una necesidad, hay que pedir

perdón, consagrar la vida al Señor; y Él salva, bendice y responde toda pregunta, a sus hijos e hijas. Consultar a los brujos, adivinos de manos o cartas, hechiceros, horóscopo; es del diablo.