La Biblia enseña a honrar a la mujer, como madre en el amor y la obediencia de sus hijos; como esposa en la consideración y provisión de su esposo. La

mujer tiene un lugar especial en el corazón de Dios: Él le perdona; provee; le da sabiduría para criar a sus hijos, para mostrar cariño a su familia y atender a su esposo; le enseña a vivir en Santidad, y ser ejemplo de su familia.