La Biblia dice que los cobardes no entrarán al Reino de los cielos. Hay que ser valientes para enfrentarse al diablo, a las legiones de demonios: principados y potestades que

nos inducen al mal; para hacernos retroceder en el camino de Santidad. Hay que vivir conforme a la Palabra de Dios, orando. Guardando el buen testimonio, con una buena conducta; comenzando por la propia casa.