Es necesario esforzarse día y noche en leer, estudiar, vivir y confesar con la boca; la Palabra de Dios. Si le damos un lugar prioritario a vivir con valentía su

Palabra, Dios nos guardará en todos nuestros caminos y nos hará prosperar en todas las cosas: y todo nos saldrá bien. Si le amamos con todo nuestro corazón, todo nos ayudará para bien; su respaldo divino será permanente.