Hay creyentes a quienes les va mal: no tienen libertad, sienten perturbaciones, sienten ataques del enemigo, no tienen gozo, no tiene paz, no prosperan en nada, no pueden dormir, sienten

voces perturbadoras, están derrotados, afligidos, y el diablo los atormenta. Si se pisotea la Palabra de Dios: eso sucede. El llamado es a esforzarse y a ser valiente: para guardar la Ley de Dios.