Saulo de Tarso pertenecía y era fiel a la Ley de Moisés, era de la religión de los fariseos, hebreo, judío; inclusive era Doctor en la Ley, perseguidor de los cristianos.

Pero un día, tuvo un encuentro sincero y definitivo con Dios: conoció a Jesucristo, recibió el evangelio, y se convirtió en un Predicador de la Palabra de Dios: mensajero de Jesucristo. Ahora es el Apóstol Pablo.