El tiempo e termine - reloj de arena1

Rev. Luis M. Ortiz "El tiempo se termina, la medianoche llega, la profecía se cumple, ¡Cristo viene pronto!

El tiempo transcurre constante e implacable, sin que nadie pueda detenerlo, y esta edad finaliza, llega a su fin el día de la gracia y de la salvación, para dar paso a la noche de los juicios y de la ira de Dios que va a ser derramada sobre este mundo, cumpliéndose así las profecías. Nuestro Señor Jesucristo primero levantará su Iglesia y luego aparecera en las nubes del cielo en su Segunda Venida a este mundo en donde todo ojo le verá.

Estando los apóstoles y discípulos abatidos por la anunciada partida del Señor, este les dijo: “Voy, pues, a preparar lugar para vosotros… y vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2, 3).

En la ascensión de Cristo, estando los apóstoles y discípulos “con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que Él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”(Hechos 1:10, 11).

Con relación a la primera venida de Cristo al mundo nos dice la Biblia, como sigue: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley”(Gálatas 4:4).

Entre las grandes señales que el Señor nos dejó como indicativos de su inminente retorno a este mundo está la señal de la higuera, o sea la restauración de Israel, sobre esto Jesús dijo: “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas” (Mateo 24:32, 33). Y ya la higuera Israel está llena de renuevos con su propio territorio, su propia bandera, su propio escudo, su propia cultura, sus propios recursos, etc.

Ya Dios ha tomado pueblo para sí entre los gentiles, pues la Iglesia está compuesta casi en su totalidad de gentiles, o sea que no son judíos, y entonces dice el Señor: “Volveré y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar”(Hechos 15:16).

Y con respecto al “tabernáculo de David”, o sea el templo de Jerusalén y el pueblo en general, ya los judíos están en posesión del lugar del templo y ya el templo está prefabricado, sus piedras están cortadas y labradas en su tamaño y en su forma exacta, y las dos columnas principales ya están fundidas en bronce a las cuales los judíos han llamado: Jehová edificará y Jehová es nuestra fortaleza.

Está claro que la Iglesia va a ser arrebatada, levantada de este mundo, para encontrarse con el Señor en el aire (1 Tesalonicenses 4:16, 17). En esta ocasión Cristo no será visto, pues, no desciende a la tierra, se queda en el aire para recibir a la Iglesia.

Después de la Iglesia de Jesucristo ser llevada al cielo, tomará lugar en la tierra los juicios de la gran tribulación, cuando estará gobernando el anticristo, que serán los días inmediatos antes de la segunda venida de Cristo al mundo con días de horribles juicios.

Nuestro Señor Jesucristo refiriéndose a estos días, Él dice: “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo 24:21). Será después del levantamiento de la Iglesia y de todos estos juicios de la gran tribulación que se producirá propiamente la segunda venida de Cristo.

Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur…Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová… cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución (el pago)a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día”(Zacarías 14:4, 13; 2 Tesalonicenses 1:7-10).

Nunca antes en la historia de la raza humana hubo tanto disturbio, tanta confusión, perplejidad, crimen, violencia, corrupción, indecencia, e inmoralidad, como en nuestros días, es que es el tiempo en que esta edad se termina; el día de la gracia, de la misericordia, y de la salvación ya declina; las sombras de la noche, de los juicios de la ira de Dios se avecinan; la profecía se cumple, ¡Cristo viene pronto!