Cuando Pablo predicaba, la gente traía gran cantidad de libros de hechicería, de brujería, de obras diabólicas; y los quemaba. La Iglesia debe estar llena del fuego del Espíritu santo, para

conocer, discernir y vivir de acuerdo a la Biblia. Un pueblo que ora, ayuna, que es consagrado a Dios; ve todo con mayor claridad. Los Pastores, necesitan los dones; para ejercer su ministerio.