La Palabra de dios dice que la sangre de Cristo tiene poder para salvar, sanar y liberar. Pero la gente acude a los brujos, hechiceros; a falsas iglesias cristianas, donde

no le exigen dejar el pecado. Todos anhelan bendición, paz, alegría, salud, respaldo de dios; pero no reconocen su pecado ante Él, como lo enseña la Biblia. Y no es cuestión de psicología, es asunto espiritual.