En la iglesia que vive en santidad: Hermanos y hermanas guardan su distancia; el esposo sostiene el hogar; la esposa es apoyo oportuno del esposo y orienta a los hijos;

entre hermanos y hermanas hay respeto, fraternidad, preocupación y ayuda mutua. El Pastor tiene amor, espíritu de servicio, está preparado para toda buena obra, y se siente privilegiado de dirigir una congregación.