La Biblia registra el pecado y castigo de dios a los pueblos, para advertirnos y amonestarnos; hasta hoy. El pecado desagrada a dios, aunque se haga encubiertamente: Él todo lo ve,

todo lo oye, todo lo sabe. Si la tentación es grande y fuerte, más grande y fuerte es nuestro dios. El creyente sabe que el poder está en el nombre de Jesús; y si hace lo que dios dice, será bendecido.