Después de 50 días de la resurrección de Cristo, los Apóstoles y las mujeres que creían en Él, estaban unánimes; comenzaron a hablar en otras lenguas y a profetizar como

el Espíritu santo, les inspiraba. Esto no es un dogma, ni una enseñanza de hombres. La Biblia dice que los bautizados en agua, que guardan la Santidad interna y externa; pueden ser bautizados en el Espíritu santo.