Jesús dijo que vendría el Espíritu santo que correrá como agua viva por nuestro interior; produciendo gozo, confianza, autoridad: rechazo al pecado. El Bautismo en el Espíritu santo no consiste

en conocer teología o lenguas antiguas; es una investidura de poder en Santidad, para ser instrumento de sanidad y liberación. Este poder de Dios es imprescindible para predicar su Palabra.