La Iglesia de Jesucristo son hombres y mujeres que se congregan en un lugar, para recibir las enseñanzas del Evangelio y engrandecer a Dios con sus labios, alma y corazón. El

mundo religioso no conoce acerca de los dones que Dios ha concedido a su Iglesia; para que sea edificada. Por eso a un creyente consagrado, Dios lo bautiza con el Espíritu Santo: y habla en lenguas extrañas.