La Biblia nos enseña un mandamiento divino: el amarnos los unos a los otros. El amor entre cristianos es un amor sincero y sobrenatural que no tiene precio: es una satisfacción

interna, una felicidad que se basa en el respeto mutuo, la confianza y el respaldo en las necesidades. Pleno de ayuda mutua y del amor de dios. No es habilidad: es una fuerza interior que nos hace triunfar.