Dios conoce y revela lo más profundo, lo más escondido; para Él no hay tinieblas, porque es la Luz. Él todo lo sabe, no puede ser engañado. Nadie puede hacer santo

a nadie, después de muerto. Para ser santo, tiene que vivir en santidad; acá en la Tierra. Dios conoce, muestra y revela la condición espiritual de cada persona. Y un día juzgará a cada uno, por sus frutos espirituales.