Nabucodonosor ordenó recoger a los sabios, brujos, astrólogos, adivinos y hechiceros; para que les corten la cabeza: porque no pudieron narrar, ni interpretar sus sueños. Hay naciones que hoy, adoran a

cientos y miles de dioses. Pero hay un solo Dios: Cristo, su único Hijo, que vino a esta tierra. Cuando vivimos rectamente delante de Él: oye, y atiende todas nuestras necesidades.