La Biblia dice que hay que orar sin cesar: de día, de noche; en todo tiempo. Además de ayunar y vigilar. Al estar en continua e íntima comunión con dios;

sentimos su presencia que nos hace fuertes ante las tentaciones, sentimos su poder para realizar su Obra, nuestra petición es atendida: dios nos escogerá para comisiones de privilegio. Jesús no pecó ni tenía problemas:pero oraba.