Para afirmarse en la fe y adquirir madurez espiritual, hay que escudriñar la Palabra de Dios; porque es necesario conocer los fundamentos de nuestra fe, para tener convicciones profundas, y

así vivir en coherencia con la Sana Doctrina. El Señor liberta y da Salvación eterna, a quien conoce la Verdad y la cree: así se inicia una nueva vida inspirada en lo que Él dice en su Palabra.