La Santa Cena se recibe en Santidad: separado del pecado. La Santificación es progresiva; empieza cuando se acepta a Cristo, y oyendo la Palabra de Dios se va corrigiendo el modo

de vida, hacia lo mejor: no se miente, no se come sangre. Hay personas que entran en la Iglesia con mala intención. Todos son bienvenidos a la Casa de Dios, pero en orden: para Salvación y Santificación.