La muerte en cruz era para los peores delincuentes. cristo murió así por nosotros y fue puesto entre dos pecadores perversos; para que su cuerpo cargara el pecado de la

humanidad. Por eso el que cree en cristo y lo declara, no sólo es salvo, sanado de sus enfermedades: pasa a ser hijo de Dios. Así cristo está vivo dentro de él, y adquiere con ello: libertad, gozo, paz y felicidad.