Nuestra gran victoria, es la victoria de cristo: el saber que Él no quedó en el sepulcro; sino que resucitó. Los cuatro Evangelios nos hablan de lo mismo, siendo sus

autores personas diferentes; dos de los cuales, Mateo y Juan, fueron sus discípulos y estuvieron en el tiempo de su muerte y de su resurrección. También Marcos y Lucas lo vieron resucitado y escriben dando testimonio.